Impacto económico de los bonos de bienvenida en las casas de apuestas dep...
Los bonos de bienvenida que se usan en las casas de apuestas deportivas online se han convertido en uno de los motores económicos más potentes del sector del juego digital. A través de promociones como apuestas gratuitas, duplicación del primer depósito o devolución por pérdidas, las casas de apuestas logran captar a miles de nuevos usuarios cada mes. Este tipo de incentivos, que durante años estuvieron en el centro de la estrategia de marketing de los operadores, han sido también objeto de regulación y controversia en numerosos países.
En España, tras la aprobación del Real Decreto 958/2020, se prohibió la promoción de bonos de bienvenida a nuevos usuarios como parte de una política más estricta frente al juego. Esta decisión impactó directamente en el crecimiento del sector, reduciendo la visibilidad de las plataformas de apuestas y limitando su capacidad de captar nuevos jugadores. No obstante, en 2024, una sentencia del Tribunal Supremo anuló parcialmente esta prohibición, permitiendo nuevamente ofrecer bonos bajo ciertas condiciones.
Desde el punto de vista económico, la reintroducción de los bonos tuvo un efecto inmediato: el número de usuarios activos en casas de apuestas online aumentó más de un 20 %, según datos de la Dirección General de Ordenación del Juego. Este crecimiento no solo supuso un repunte en los ingresos brutos del juego, sino también en la inversión publicitaria del sector, que volvió a niveles previos a la pandemia con más de 500 millones de euros invertidos en campañas digitales y patrocinios.
Además del crecimiento en número de jugadores, los bonos de bienvenida modifican la estructura del gasto y el comportamiento de consumo de los usuarios. Estos incentivos reducen la fricción en la primera apuesta, eliminan el riesgo percibido y elevan las expectativas de ganancia, lo que, en muchos casos, conduce a un mayor volumen de juego en las primeras semanas de registro. Desde la óptica de la economía del comportamiento, esto puede interpretarse como un sesgo cognitivo que favorece decisiones impulsivas por parte del consumidor.
En paralelo, las autoridades han reforzado los mecanismos de supervisión para asegurar que los operadores cumplan con los nuevos requisitos de transparencia. Entre ellos, se exige mostrar de forma clara los términos y condiciones de cada bono, como el rollover, las cuotas mínimas para liberar el saldo o los límites temporales para usar la promoción. También se han puesto en marcha sistemas automatizados para detectar patrones de riesgo y ofrecer autoexclusión a los usuarios que lo soliciten.