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La nueva norma sobre OPV aumenta la confianza del mercado en medio de la ...
04 de junio del 2025 a las 18:14

Hasta ahora, el panorama de las OPV en España ha sido poco menos que caótico. Los grandes nombres se han retirado, los lanzamientos se han retrasado y la volatilidad (especialmente en torno a acontecimientos políticos) ha desordenado los calendarios de las empresas. ¿Una de las principales razones? Las empresas sólo tenían cinco días para empezar a cotizar en bolsa tras recibir luz verde. Esto no ayuda en un mercado en el que el tiempo lo es todo.

Por eso es tan importante la nueva norma, que amplía el plazo de cinco días a 18 meses. Es una solución importante que las empresas y los inversores necesitan desesperadamente.

Este blog analiza qué ha cambiado exactamente, por qué es importante y cómo podría configurar el panorama español de las OPV en el futuro.

La nueva norma de los 18 meses

Las empresas privadas consideran que las ofertas públicas iniciales (OPI) son un gran acontecimiento. Suelen representar un hito importante que muchos empresarios sueñan con alcanzar. Sin embargo, si el momento es inoportuno, las cosas pueden ir rápidamente cuesta abajo, por muy grande que sea la empresa. Antes había muchas OPV mal programadas, sobre todo en los mercados financieros españoles. Esa época ha llegado a su fin.

Ahora, las empresas españolas tienen hasta 18 meses para salir a bolsa tras obtener la autorización de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el organismo regulador de los mercados financieros españoles. Antes, sólo tenían cinco días para empezar a cotizar tras la aprobación, lo que no dejaba margen para esperar la incertidumbre del mercado. Esta nueva norma supone una importante mejora, ya que da a los emisores (las empresas que cotizan sus acciones) la flexibilidad necesaria para leer el mercado en lugar de intentar jugársela. Esta reforma está liderada por la CNMV y Bolsas y Mercados Españoles (BME), el grupo que gestiona las bolsas españolas, y se inscribe en un nuevo marco denominado BME Easy Access. Este marco está diseñado para que las salidas a bolsa sean más fáciles y menos vulnerables a perturbaciones a corto plazo como tensiones políticas, ruido económico o volatilidad mundial.

Puede imaginarse que no sólo se benefician las empresas, sino también los inversores. Con más margen de maniobra, los operadores profesionales, los inversores minoristas y todos los demás pueden esperar OPV más sólidas y en mejor momento. Además, es más fácil prepararse y actuar con confianza gracias a herramientas como TradingView, que ofrece a inversores y analistas acceso en tiempo real al sentimiento del mercado, las tendencias de volatilidad y los indicadores técnicos.

Un camino más flexible hacia la cotización

Los analistas creen que la mejora técnica más crucial de BME Easy Access no es la ampliación del plazo, sino el hecho de que ahora existe una estructura más innovadora para que las empresas puedan entrar en el mercado.

Con este nuevo sistema, las empresas completarán el proceso reglamentario y conseguirán registrarse en la bolsa, pero no ofrecerán acciones al público de inmediato. En su lugar, esperan a que las condiciones del mercado se alineen y lanzan la venta de acciones rápidamente, con un preaviso mínimo. Así se evita el riesgo de oscilaciones bruscas del mercado, que interrumpirían la oferta.

Durante este periodo de espera, las acciones pueden negociarse en bloques privados entre inversores institucionales. Después, una vez que el free float (la parte de las acciones a disposición del público) alcanza el 10%, la acción empieza a cotizar en bolsa. Esto tiene mucho sentido porque da a las empresas más control sobre el calendario y la percepción del mercado, y también permite a los inversores institucionales entrar pronto, lo que puede ayudar a crear impulso antes de que el mercado en general tenga acceso.

Por qué es importante este nuevo Reglamento

La mayoría de los expertos financieros y de capital creen que el antiguo sistema de OPV costó a España y a los inversores españoles algunas oportunidades reales. Un ejemplo: en 2024, importantes OPV como Europastry se echaron atrás. No porque los negocios no fueran sólidos, sino porque las condiciones y el momento no eran los adecuados. Las elecciones, la tensión geopolítica y el nerviosismo general del mercado provocaron volatilidad e hicieron que fuera demasiado arriesgado seguir adelante. Si se tiene en cuenta que el plazo para la puesta en marcha era de cinco días, es fácil entender por qué las empresas no tuvieron más remedio que echarse atrás.

Esta falta de flexibilidad ha paralizado algunas salidas a bolsa y ha dañado la reputación general de los mercados públicos españoles. Muchos inversores y fundadores han empezado a preguntarse si España sigue siendo favorable a las OPV, especialmente en comparación con otras regiones de Europa que ofrecen más margen de maniobra.

Esto nos lleva a preguntarnos: ¿habrían sido diferentes las cosas con esta nueva norma? Lo más probable. Con 18 meses para decidir cuándo lanzarse, empresas como Europastry o Tendam habrían capeado el temporal, calculado mejor el momento de su debut y evitado los titulares sobre la vuelta atrás.

Beneficios para las empresas y la economía españolas

Este nuevo marco no es sólo una solución rápida. Es una verdadera mejora para los mercados de capitales españoles.

Para empezar, no sólo atiende al club de las empresas de más de 500 millones de euros. Aunque las OPV de gran capitalización acaparan la atención, la CNMV ha dejado claro que también está abierta a apoyar salidas a bolsa de menor tamaño. Esto significa más espacio para las nuevas empresas, las scaleups y las empresas medianas que quieren crecer sin salir de España para ir a Londres o Nueva York. Se trata de un gran acuerdo para sectores en rápida evolución como el de las tecnologías financieras, las energías renovables y el comercio minorista. Se trata de sectores en los que el momento oportuno lo es todo, y el acceso a los mercados públicos puede acelerar la expansión, la contratación y la innovación.

Esta medida ayuda a nivelar el terreno de juego. Aumenta la competitividad de España, da un respiro a las empresas y demuestra que los mercados españoles están preparados para adaptarse a las realidades modernas.

Un ecosistema de OPI más inteligente para España

Esta nueva normativa es algo más que un mero ajuste temporal; es una forma de aumentar la confianza del mercado, reducir las cancelaciones de OPV de última hora y reconstruir la reputación de España como un actor serio en los mercados públicos. Al dar a las empresas el tiempo que necesitan y a los inversores la estabilidad que desean, esta reforma sienta las bases para un ecosistema de OPV más resistente y flexible. Si este impulso continúa, España podría posicionarse como uno de los lugares más atractivos de Europa para salir a bolsa en los próximos años.



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Última actualización: 16 de Junio del 2025