En medio de un entorno económico marcado por la inestabilidad y las tensiones geopolíticas, las materias primas o ‘commodities’ han aumentado su protagonismo en la organización económica mundial, pues son un valor indispensable e imprescindible. Los expertos coinciden en que los recursos naturales desempeñan un papel central en el desarrollo de las dinámicas económicas globales durante el actual 2025.
Esta idea se refuerza a partir de un escenario inflacionista, los cuellos de botella logísticos y un clima internacional volátil que se ha agravado con el conflicto entre Israel e Irán. El petróleo, directamente afectado por estas tensiones, más inestable desde que se iniciara el lanzamiento cruzado de misiles entre estos dos países, lo que ha elevado los precios internacionales y aumentado la presión sobre los mercados energéticos. Cabe señalar que los efectos varían según el tipo de materia prima y su rol en la cadena de suministro global.
Los analistas destacan que metales como la plata, el zinc y el aluminio, así como elementos clave como el litio y las tierras raras, están teniendo una relevancia creciente en sectores industriales y tecnológicos, superior a la que han tenido durante los últimos años.
Importancia de las industrias automovilística y constructora
En un escenario de transición hacia la tecnología eléctrica en la automoción, la plata es uno de los metales con mayor importancia. Su alta demanda en industrias como la solar y la automotriz, especialmente en vehículos eléctricos, ha presionado su precio al alza, con un crecimiento que se acerca al 20% tras el primer trimestre del año.
El aluminio, por su parte, muestra signos de ser el metal con el mejor rendimiento estimado, con una subida significativa. En el caso del zinc, su incremento, aunque inferior, refleja su importancia en la construcción y la fabricación. El níquel, por su parte, se enfrenta un contexto de sobreoferta, pero su papel en la producción de baterías para tecnologías verdes lo mantiene como un recurso estratégico a mediano plazo.
Dos escenarios claves
El litio continúa consolidándose como un insumo vital para la industria de baterías, esenciales en la movilidad eléctrica y dispositivos electrónicos. La creciente demanda de soluciones sostenibles alimenta su valor estratégico. La importancia de la tecnología es cada vez mayor en la sociedad global. Los ciudadanos disponen de teléfonos inteligentes, ordenadores de última generación o diferentes dispositivos electrónicos con los que conviven en su día a día. El litio es clave para su fabricación. Chile es el país con más reservas de este material y su estabilidad política y social favorecen unos precios adecuados al mercado. .
Por otro lado, están las tierras raras, conformadas por un conjunto de 17 elementos químicos y que resultan indispensables para tecnologías de alta gama, desde smartphones hasta turbinas eólicas. El acceso y control sobre estos recursos podría generar tensiones geoeconómicas en el corto y mediano plazo. De hecho, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, pidió el control de una parte de las tierras raras de Ucrania como condición para apoyar el fin del conflicto bélico con Rusia.
Energía: entre el petróleo y las renovables
Si hablamos de materias primas hay que poner el foco en el sector energético. El precio petróleo está sujeto a numerosos factores de carácter geopolítico. Un ejemplo lo encontramos en la escalada militar entre Israel e Irán, con ataques a infraestructuras y ciudades que dejaron, según medios internacionales, más de 200 muertos en los primeros días, la mayoría en suelo iraní.
Esta situación no beneficia al consumidor, pues Irán cuenta con, según su Gobierno, las terceras reservas de petróleo del mundo. Es decir, hay mucho crudo en su territorio y un conflicto armado se traduce en más inestabilidad y, por lo tanto, en un aumento de los precios.
Por otro lado, las energías limpias continúan ganando peso como opciones sostenibles y rentables. Cada vez atraen más capitales y fomentan la transición hacia modelos energéticos más verdes. Aquí se encuentran la solar, la eólica y la hidroeléctrica.
Mercado agrícola
El sector agroalimentario no escapa a estas dinámicas. En el caso del café, se ha registrado un aumento sostenido de precios, impulsado por cosechas irregulares en países productores clave como Brasil, además del impacto de fenómenos climáticos adversos como sequías y lluvias intensas. Esto ha generado una oferta limitada que impulsa el valor del grano en los mercados internacionales. En cuanto a los cereales, la previsión es que se obtenga una producción sólida, sostenida por una demanda estable y condiciones climáticas favorables en las principales regiones agrícolas.
Dudas ante la inestabilidad
En este escenario, no hay que olvidar que los movimientos en el mercado de materias primas en 2025 están marcados por factores como la demanda tecnológica, las políticas ambientales y los vaivenes geopolíticos. Ucrania, Palestina, Taiwan, Venezuela… Son demasiadas las zonas de conflicto en el mundo, y en función de cómo estos evolucionen puede influir al desarrollo, producción y costes de las ‘commodities’.